Justicia con Capacidades Diferentes

(Juegos de Escamoteo II.- En las pesquisas realizadas con motivo del misterioso caso del proyecto de ley de Notariado que sufrió mutaciones en su tránsito de Casa de Gobierno al Congreso del Estado, he venido atando muchos cabos, incluso me aseguran que el Gobernador no lo sabía.)

Ya se sabe lo hipersensibles que nos hemos vuelto los mexicanos. Si de por sí ya éramos dados a los diminutivos y a los eufemismos, por ejemplo nadie se atrevería a decirle mesero a un mesero, los ciegos son siempre "cieguitos", las monjas son siempre "madres", las sirvientas son "chachas" y las "muchachas" son siempre "señoritas". Ahora con eso de que se ha puesto en boga el lenguaje políticamente correcto ha desaparecido la vejez, desaparecido las incapacidades y pronto por el arte de magia del lenguaje desaparecerá cualquier lacra.
Pero de que sirve, digo yo, que los viejos ya no sean viejos sino "adultos en plenitud" (¡ja! ¡ja!), si las reumas no se quitan, las arrugas siguen apareciendo, las canas siguen saliendo, cuando no se sale todo el pelo y el pujido al subir la banqueta nos recuerda que los años no pasaron en balde.
A quien engaña llamar a un paralítico: "persona con capacidades diferentes", de lo que se trata es de respetar su condición, de facilitar su incorporación a un mundo que no se ha hecho pensando en sus limitaciones, de propiciar su superación, de contemplarlo sin lástima pero concientes de sus limitaciones, apoyarlo, de la misma manera que a una embarazada o a un anciano.
Nada se pierde con llamar a las cosas por su nombre, pero como no pretendo desatar las iras de algunos "oenegeros" que son celosísimos de los eufemismos verbales habré de referirme a la Justicia Mexicana que como la lora de la canción "era coja, tuerta y muda" como Justicia con Capacidades Diferentes.
En una investigación publicada en un diario de la ciudad de México se señaló la grave situación por la que pasa la aplicación de justicia en el Distrito Federal. Cada hora se inician 300 litigios civiles, mercantiles o familiares. Lo grave desde luego no es que se inicien, sino que nunca se acaban, eternizándose con argucias legales y metalegales.
En muchas ocasiones los litigantes tienen que recurrir a la justicia federal para desfacer los entuertos que causan los jueces y tribunales de los estados, aunque hay que decirlo, en muchos casos los jueces y magistrados federales se han convertido en caza-errores cuando no en meros buscadores de la "jurisprudencia aplicable" que en vez de remendarla la fruncen.

(Tribunal Mocho.- ¿A qué o a quién se deberá que mientras el magistrado Jesús Ramírez amparado por la Justicia Federal fue reinstalado en el Supremo Tribunal de Justicia del Estado, al magistrado Jesús González se le multiplican las trabas para reasumir una función que nunca debió haber perdido?.)

Basados en los informes oficiales el rezago de los tribunales federales sigue aumentando en forma alarmante. Para el año de la Odisea del Espacio, 2001, los expedientes pendientes de resolver eran alrededor de noventa mil. El año pasado el número creció a poco mas de ciento diez mil. El presupuesto para la justicia federal ha aumentado sin embargo en los últimos tres años casi un cien por ciento. Se han multiplicado los juzgados, mejorado las instalaciones, los sesiones de la Corte se transmiten por televisión, los ministros son las estrellas de esos programas, la Corte ha asumido un papel protagónico en muchos conflictos nacionales, en más de un caso se ha olvidado de su papel de juzgador para asumir el de legislador, pero...el rezago sigue aumentando.
Siguiendo con los cifras sabemos que en promedio un juicio en la justicia federal costó en 2004 treinta y dos mil pesos, en tanto que en la justicia de los estados costó seis mil pesos. Orgullosamente los juzgados estatales podrían anunciarse " Gran Oferta. Ahorre más de un 500 %, Olvídese de los anquilosados juzgados federales. La Justicia Local/ le da satisfacción/ La Justicia Local/ le ahorra un montón/ La Justicia Local/ Justicia de Ocasión."
En Aguascalientes, hay que decirlo los gobiernos han hecho un gran esfuerzo por mejorar la impartición de justicia, a pesar de arrastrar la torpeza de una ley que mandaba a su casa a los jueces que después de diez años habían demostrado preparación, constancia y solvencia, la dotación de equipo de computo moderno y en general el mejoramiento del equipamiento, la incorporación de personal a través de un proceso de selección más riguroso y equitativo, han mejorado bastante las cosas pero queda mucho por hacer. Ahora las audiencias ya no empiezan a tiempo, los expedientes se siguen traspapelando, las vendimias siguen siendo el pan (o torta, o taco) nuestro de cada día, pero fundamentalmente el trabajar con instrumentos legales concebidos para otros tiempos retrasan los expedientes que se acumulan en espera de su resolución.
En otras ocasiones lo he dicho la dicotomía no es juicios orales o juicios escritos. El reto es diseñar un procedimiento que sin apartarse de la tradición jurídica romano-canónica que dio origen a todo nuestro sistema de justicia, establezca procedimientos más ágiles, sistemas más equitativos, mecanismos más accesibles, en suma regulaciones que cumplan con la garantía constitucional de justicia pronta y expedita. Ello implicaría reexaminar algunos temas que podrían ser considerados tabúes, como la gratuidad de la justicia o la desaparición del amparo directo que no viene a ser sino una tercera instancia de los juicios ordinarios.
El riesgo a mi manera de ver es, que ante la presión social se opte por importar sistemas que si bien pueden funcionar adecuadamente en su lugar de origen, no se aclimaten debidamente en nuestras circunstancias y ya sabemos que lo que no se aclimata se acli...muere.

(Caballo o burro.- El autollamado "caballo negro" del PAN hace cada declaración que uno piensa que mas que caballo es burro. Para muestra un botón de la primera plana de ayer: "...tendré que tomar medidas drásticas, como es, bueno, no quiero pensar todavía en lo que pudiera..".Tan, tan. )