Para completar estos días nefastos, que se iniciaron con la tragicomedia de Informe Presidencial, en que cada parte realizó su papel conforme con el libreto preestablecido, y todos se hicieron los sorprendidos; el día de ayer el TRIFE (Tribunal federal de elogios mutos), dictó resolución que no por conocida dejó de causar sorpresa, al menos el de la voz que esto escribe, se quedó perplejo, recordando al licenciado Don Eduardo Rodríguez Lariz que según cuentan al notificarse de una sentencia escribió en la razón de notificación: "¡Oh sorpresa! jamás pensé que sentencia tal pudiera dictarse".
Paso a pasito. Le del Informe por supuesto no fue algo inédito (escrito y no publicado), como dicen los comentaristas, si acaso insólito, aunque se recuerda desde luego que en un acto similar siendo presidente Plutarco Elías Calles, Aurelio Manrique, diputado por el estado de San Luis Potosí le increpó diciendo: "Señor Presidente, es Ud. un farsante", en una época en que una buena parte de los diputados cargaban pistola. Por supuesto no se puede olvidar la interpelación de Porfirio Muñoz Ledo y la zancadilla con empellón que le asestó el Ing. Miguel Ángel Barberena Vega, en proyección nacional y a todo color.
Días antes se conoció que la bancada del PRD no permitirían que el Presidente de la República L.A.E. Vicente Fox, esta vez sin señora. Se supo también que la Presidencia tenía preparado un plan "B", que consistiría en que el Presidente dirigiría su mensaje a la nación desde un lugar que podría ser Palacio Nacional o Los Pinos, tal como sucedió y como pudimos apreciar el mensaje, como dicen en una estación de radio local estaba "pregrabado", (por cierto ¿Cómo se grabará antes de grabar?). Todo estaba preparado y todo se desarrolló conforme a lo planeado. Lo que no estaba en el libreto era el comportamiento frívolo de gran parte de los legisladores que ante un hecho evidentemente grave, se entretuvieron cuchicheando, sonriendo, hablando por sus móviles, repartiendo abrazos y besitos a los legisladores y legisladoras, y enviando guiños por la televisión en cobertura nacional.
La postura del PRD, al margen de las rasgaduras de vestimentas que quisieron transformarla en una ofensa a la nación y a los ciudadanos, tiene un indudable valor simbólico: el ocaso del Tlatoani. La institución presidencial paulatinamente degradada, particularmente por el propio L.A.E. Fox y Sra. Fox, toca fondo con este simulacro de informe. Éste que tradicionalmente era la apoteosis presidencial: el día en que se rendía homenaje al Presidente, el día en que todo se conjuntaba para ensalzarlo se transformó con este acto simbólico en el día del cuestionamiento a una gestión vacilante, plagada de indecisiones, timorata, en ratos pendenciera, presta a lanzar la piedra y esconder la mano, con un grave distanciamiento entre el decir y el hacer. Ojalá que quede claro de una vez y para siempre que el Presidente de la República es el mandatario de la nación, no el que manda, sino el que debe cumplir el mandato de la ciudadanía.
Se ha dicho y escrito mucho sobre el pseudo informe. El informe quedó allí, presentado, pendiente de análisis y pendiente de conocerse por la población. Los ciudadanos sólo recibimos un cúmulo de frases entrecortadas, de clisés de oratoria barata, de cuasi-apotegmas democráticos, de acusaciones veladas y de justificaciones abiertas. Tradicionalmente, el mensaje del sexto informe era una especie de balance final con un claro sentido de unidad nacional, por allí andan los de anteriores presidentes que constituyen documentos dignos de reflexión y análisis. El mensaje del Presidente Fox es una muestra mas de lo que fue su gestión.
El "chou" del TRIFE a mi manera de ver, fue un claro ejemplo de lo que no debe hacer un tribunal: un tribunal no está para dar consejos, un tribunal no está para autojustificarse, un tribunal no está para hacer valoraciones políticas, un tribunal no está para convertirse en un club de elogios mutuos, un tribunal no está para hacer juicios de valor extrajurídicos, un tribunal de legalidad, como lo es TRIFE, está para juzgar aplicando la ley, punto.
Hay muchos aspectos criticables en la "actuación" de los señores magistrados, desde los agradecimientos al "magnífico" trabajo realizado por los integrantes de las ponencias, hasta la ponderación de magníficas "piezas oratorias" de sus compañeros magistrados, con tal elocuencia que se carecían de elementos para poder decir cual fue mejor. Y pensar que algunos creíamos que se trataba de una sesión de un órgano jurisdiccional y no de concurso de oratoria o de una pasarela de vanidades.
Referirse a los aspectos triviales como los señalados no tiene sentido, tarde o temprano, se les revertirán, me parece sin embargo importante señalar dos aspectos que, a mi manera de ver constituyen graves precedentes en materia de justicia electoral. Primero, el señalamiento de múltiples irregularidades durante la precampaña y la campaña, en particular la actuación del Presidente de la República y la consideración, ésta sí muy grave, de que la "tregua" de cuarenta días en que supuestamente no hubo propaganda por parte del gobierno, fue suficiente para anular cualquier influencia en el ánimo del votante. De manera que el TRIFE considera que las imputaciones calumniosas caducan en 40 días. ¡Vaya, esto sí que es novedoso!. Calumnie, difame, tan sólo espere 40 días y los efectos negativos cesan.
El otro aspecto, a mi manera de ver muy serio, es el precedente de que no puede alegarse la propaganda "sucia" como causal de nulidad de la elección, cuando el quejoso haya realizado también actos de propaganda "sucia". Esto podría denominarse como "álgebra jurídica", negativo por negativo, da positivo. Si una parte realiza actos suficientes para provocar la invalidez de la elección y otra parte también realiza actos suficientes para causar la invalidez de la elección, la conclusión es que la elección es válida. Y uno que pensaba que la calificación de la elección que tiene que realizar el Tribunal Electoral implicaba garantizar al ciudadano que la elección se había llevado con apego a la legalidad. ¡Cosas veredes, Mío Cid!.
Finalmente considero que la solución jurídica no podría ser de otra manera, con los elementos con los que contaba el Tribunal. Lamento que la Suprema Corte de Justicia no haya asumido la responsabilidad histórica y no haya cumplido con la obligación de investigar la elección en términos del artículo 97 constitucional. Lamento que el Tribunal haya optado por un supuesto lucimiento con consideraciones extra legales sentando graves precedentes en materia jurídico electoral.
Tenemos todavía un largo camino por andar.
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