“Los Pinos chinos”

 

"La policía mexicana no es tan mala. Solamente no agarra a los que tiene órdenes de no agarrar" Abel Quezada.

 

(Los Enemigos del Alcalde.- El C.P. Martín Orozco Sandoval, presidente municipal de Aguascalientes, es muy trabajador y seguramente bien intencionado, pero no le faltan enemigos. Los peores son los de casa. Sólo un enemigo pudo haberle sugerido realizar el "chou" del pasado fin de semana con las "redadas" que encabezó. ¿En que cabeza cabe?. Dar publicidad a las violaciones de Derechos Humanos encabezadas por el Alcalde. Menos mal que para la C.E.D.H. no ha desaparecido el limbo. )

Se suele decir que se es joven mientras no se pierda la capacidad de asombro. Me encantaría que eso fuera cierto, porque cada vez me asombro mas de la capacidad que tenemos los mexicanos para aguantar. Pero no, con asombro y todo sigo siendo viejo, pero un viejo perplejo y estupefacto. Sorprendido no, el sorprendido fue el chino Ye Gon, que con el mayor desparpajo soltó una historia con algunos pelos y pocas señales que sin embargo hubieran sido suficiente para poner a temblar al gobierno de un país medianamente decente. En que otro país, salvo desde luego Cuba, Venezuela, Libia y algún otro por el estilo podría el ministro del interior (secretario de gobernación) afirmar tajantemente una posición del gobierno para desdecirse una semana mas tarde, "rajarse" como los machos de Jalisco. Machos hay muchos, lo que escasean son los hombres.

Cualquier persona que tenga una mediana idea de cómo funciona la burocracia mexicana sabrá que es punto menos que imposible, a menos que se le rece una novena y se prometa una manda al Señor de los Pinos, y para que las feministas no se quejen, a la Señora de los Pinos, y a lo mejor a toda la Sagrada Familia de los Pinos, para en menos de un sexenio lograr carta de naturalización, mas de diez permisos para importar "precursores químicos" para la fabricación de drogas, lograr introducir al país a cientos de chinos con pasaportes verdaderos pero falseada la identidad de las personas, sobrevivir a las investigaciones de Salubridad, Hacienda, Gobernación, PGR y PFP, por lo menos, y alcanzar a juntar de propinas y para los gastos de su casa 205 millones de dólares, que siempre sí están en el país y que ya, según la PGR, son propiedad de la nación. Bueno, algo así, sólo se había visto, quiero decir oído, en los episodios de Kalimán, El Hombre Increíble Vs. el Tigre de Hong Kong. En la vida real resultaría increíble, si no fuera porque es cierto, pasó en México y ante las narices de varios secretarios de estado, que a lo mejor, y para decirlo con todas sus letras, tenían metidas hasta las narices en el chinogate.

(Encuestas y mentiras.- No hay duda, Gabriel Arellano mintió al afirmar que la encuesta Mitofsky mostraba que tenía cinco puntos arriba de Arturo González. El PAN cayó en el garlito y los dimes y diretes subsecuentes le han dado al tricolor una presencia en los medios que quizás termine favoreciéndolos. La encuesta real mostraba que las distancias se han ido acortando. No era malo. ¿Por qué entonces se decidió mentir en vez de mostrar la verdad?)

No puede ser menos que preocupante el conocer, no que existan bandas de delincuentes, no que exista delincuencia organizada, sino que exista la posibilidad de que una persona extranjera, amparada no solo, con su carta de naturalización, sino con credenciales diversas que lo convertían en "influyente" pueda realizar en poco tiempo una fortuna descomunal, bueno, Carlos Slim, también ha amasado una fortuna descomunal pero este sí mediante la extorsión legal que practica, amparado en la regulaciones mexicanas que le permiten cobrar un servicio varias veces mas caro que en los países del primer mundo y además cobrarlo antes de prestarlo (el prepago es pagar un servicio que todavía no recibo). Pero, volvamos, al chino. No sólo resulta inquietante las múltiples versiones que las autoridades han dado en relación con el asunto sino la evidente torpeza con que las autoridades se han conducido, desde el punto de vista de los procedimientos penales. Nuestras autoridades no han sido especialmente hábiles en los manejos de procedimientos de extradición, en particular con los EE.UU., mientras nosotros les enviamos los delincuentes que nos solicitan, aún antes de ser juzgados en nuestro país y sin mediar procedimientos extraditorios, cuando México ha solicitado la extradición, siempre ha fallado algo que finalmente impide que se obsequie la petición.

En el caso de Ye Gon, la apresurada declaración del Presidente de la República, Lic. Felipe Calderón, abogado, pero con poca experiencia jurídica, pone en duda la posibilidad de un "due process in law" como dicen los gringos. No puede afirmar el Presidente "lo meteremos a la cárcel", aunque esta sea la finalidad última que se persiga, tendría que haber dicho que dado los indicios era necesario realizar un proceso para determinar su responsabilidad, o algo por el estilo. No se puede por una decisión de quien sabe quien, trasladar el dinero físicamente fuera del país, a EE.UU. justamente, que entre paréntesis también, por conducto de la DEA reclama una rebanadita del pastel. No fue un juez el que autorizara el traslado, por lo tanto, ese dinero que puede ser objeto y prueba del delito, incluyendo una cantidad de billetes que resultó falsa, fue sustraído del conocimiento judicial, complicando la identificación de los billetes, lo que significaría un elemento para la defensa. No se debe andar buscando abogados americanos, como al parecer lo hacía el Secretario del Trabajo en Nueva York, para demandar al chino, cuando se trata de la comisión de varios delitos que deben ser juzgados en México por los tribunales nacionales. No se puede... ¡Momento! ¡Claro! A lo mejor lo que sucede es que no se trata de aclarar las cosas, sino de obscurecerlas, no de averiguar la verdad sino de confundir de tal forma que sea imposible rastrearla, no de preservar las pruebas sino de desvirtuarlas, porque finalmente se sabe, bueno, alguien sabe, que de muy arriba tuvieron que fluir las recomendaciones para que el chino Ye Gon realizara, como realizó, sus perversas actividades.

En este país, sigue habiendo, y a los que se ve por muchos años mas, seguirá habiendo ciudadanos libres de toda sospecha.

Por cierto, ya se me olvidó el por qué del título de esta columna. Alguna razón debo haber tenido. Mientras me acuerdo, así la dejo.

(De que el perro es bravo.- Ya se que el refrán dice "perra" y no "perro", pero por equidad de género por una vez lo cambiaré, todo para felicitar al paisano Jesús Ortega que al obtener mayoría en la elección de delegados para la convención del PRD afianza un liderazgo con los pies en la tierra, alejado del mesianismo de López Obrador y del caudillismo de Cárdenas. Como el mismo dijo, México requiere de una izquierda renovada. En el espectro político del país hace falta que se fortalezca una opción de izquierda capaz de dialogar y de llegar a consensos.)