Friday, January 09, 2009

Carta abierta a un diputado que puede o no ser el de mi distrito, pero que puede adjudicársela el que le venga el saco, a propósito del aumento al pre


Nota.- Esta columnilla y este escribidor no pretenden ser originales, recojo en ella opiniones, comentarios, ocurrencias y una que otra idea, que entre cafés, bares, calles y oficinas he escuchado en estos días, por lo que si a Usted, muy amable y no tan desocupado lector, le parece que algo de ella expresa también sus sentimientos y le resulta aprovechable, con toda libertad puede tomarlo y enviar su propia carta al diputado mas cercano o mas lejano a su concupiscencia. ¡Tienen que oírnos!.

H. Sr. Diputado:
Quizás debiera haber escrito: señora o señor diputado, pero ha de dispensar yo estoy chapado a la antigua, antes de que los matrimonios por la iglesia se disolvieran por la conveniencia, no de los casados que quieren descasarse, sino por la conveniencia de la Jerarquía, ¡Qué tristeza!. Mi maestra de primer año de primaria Mary Rangel, la de segundo la señorita Matilde Aguilera, la de tercero la Señora Ma. de Jesús Llamas, la de cuarto la señora Josefina Romo, la de quinto la señorita Guadalupe Serna y la de sexto, mi querida maestra Ma. Luisa Aguilera, me enseñaron que en "lengua nacional" el masculino (como género gramatical) no era machista, como no es feminista llamar a la libertad, o a la inteligencia o a la ternura, en género femenino, y que el femenino, por ser género, es palabra masculina, y no por ello menos femenina, y "masculina" es femenina. Ninguna de ellas, mis maestras, profundamente femeninas, se sentían menos y nos forjaban, en una escuela sólo para varones, en el respeto y en el amor a las mujeres y a los hombres.
Perdone, Sr. Diputado la disgresión, el motivo de la presente es para manifestarle, no mi enojo, que tengo motivos para tenerlo, no mi repulsa que habría razones para expresarla, no mi reproche que como ciudadano tengo todo el derecho de hacerlo, sino mi profunda decepción por su voto aprobatorio del aumento a las tarifas del impuesto a la propiedad raíz, conocido como impuesto predial, y por su voto aprobatorio del aumento a las tarifas del impuesto sobre adquisición de bienes inmuebles; manifestarle también mi profundo desencanto por la Institución de la que Usted forma parte, que es el Congreso del Estado, y que debiera ser el depositario de la soberanía popular, que es decir el vocero de la voluntad de los ciudadanos, y el defensor, y déjeme reiterarlo, el defensor, hay que decirlo de nuevo, hasta que a Ud. y a sus compañeros les duelan los oídos, y se les remueva algo que pudiera evocarles lo que se llamaba vergüenza, el defensor de los principios constitucionales de bien común, de justicia social y de equidad. Quede claro que hubo diputados que no quisieron con su voto autorizar la inequidad. ¡Mi voz no les toque!.
Podría contestarme que yo no voté por Usted, tendría razón. En la elección pasada yo cumplí mi obligación ciudadana y ejercí mi derecho expresando mi voto por "Francisco Primo de Verdad y Ramos", como lo he hecho desde hace muchas elecciones, porque tengo derecho a votar por un ideal, por el ideal que expresara contundente el que fuera Síndico del Ayuntamiento de la ciudad de México, que al alzar su voz, una de las primeras voces que anunciaron la independencia en este país, sostuvo "la soberanía ha recaído en el pueblo". Así lo enseñaban en las clases de Civismo, aunque pocos lo recuerden y menos lo practiquen. Así lo establece nuestra Constitución y así debemos recordarlo los ciudadanos, para recordárselos a quienes parecen olvidarlo. Pero aunque yo no haya votado por Usted, Usted es también mi diputado, y Usted, como sus compañeros protestó cumplir y hacer cumplir la Constitución de la República, la Constitución del estado y las leyes que de ellas emanen.
Haber aprobado un aumento generalizado al pago de los impuestos que tienen como objeto la tenencia o adquisición de bienes inmuebles, cuando Ud. conoce la realidad lacerante de nuestro estado, de nuestro país, con una injusta distribución de la riqueza, y la crisis internacional que ya nos golpea, resulta por lo menos, una irresponsabilidad. Una grave irresponsabilidad, porque Usted sabe, y si no lo sabe, sería peor irresponsabilidad, que desde mil novecientos noventa y tres no se ha hecho una revisión generalizada de los valores de los inmuebles y que sin ella no pueden estimarse adecuadamente las tasas que los graven. Usted sabe, y si no lo sabe, para eso tiene asesores a los que les paga muy bien, que las colonias en donde comercialmente los inmuebles tienen mas valor, tienen valores catastrales de una sexta parte de su valor real, y que las colonias llamadas de interés social, en que los bienes se han adquirido con créditos porque de otra manera no se hubieran podido comprar, tienen valores catastrales cercanos al valor comercial, porque en sus contratos se estipuló el valor real del préstamo. Usted sabe, y si no lo sabía, sirva la presente para decírselo, que incrementar las tasas sin revisar los valores significa prolongar una injusticia, que los pobres subsidien a los ricos.
Podrá Usted decirme que con esos ingresos el Ayuntamiento habrá de comprarles mas patines a los policías turísticos, pondrá mas animales en el "nacimiento" de la plaza, hará mas grande la pista de hielo de la exedra, y hasta podrá parchar las obras del anterior alcalde, y yo le diré que ese no el punto, que también si quiere podríamos discutirlo, pero que por ahora esta misiva, solo tiene por objeto hacerle saber mi tristeza porque por la injusticia social en este país se han suscitado muchas muertes, en la revolución primero, en el éxodo de los braceros luego, en la muerte estúpida de nuestros jóvenes, policías o ladrones, que al ver clausurado su futuro se enrolan en los vicios y en la corrupción.
Haber disminuido la exención para los viejos, dentro de los cuales me contaré muy pronto, y para los discapacitados, me parece al menos una felonía.
Justicia no es limosna, aunque se disfrace de "programas sociales".
Justicia es mandato popular y mandato jurídico, y Usted, señor diputado fue electo para trabajar por la Justicia.
¿Sería mucho pedirle, Señor Diputado, que con sus compañeros en un acto que muchos les enaltecería, revocaran su determinación y se pusieran a trabajar, o para que no les fuera tan gravoso, ordenaran a sus asesores que trabajaran en la revisión de los valores, para luego con una base real, se determinaran las tasas justas?
Quedo de Ud. atentamente como el último de los ciudadanos, pero con una voz que me prestaron tantos, como no tiene Ud. una idea.







1 comment:

  1. que triste es ver este tipo de actividades, por parte de nuestros representantes, me gusto su carta y el mensaje en ella, sobre todo esta frase que me llamo mucho la atencion "Justicia no es limosna, aunque se disfrace de programas sociales". asi es como nos han vendido la idea de una justicia siocial que lastima

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