Wednesday, December 31, 2008

Domingo negro, lunes negro, martes negro...etc..

Hace dos años, mas o menos, fue cuando por fin tuvimos que aceptar la terrible realidad, de que tampoco en materia de seguridad Aguascalientes era la Arcadia Feliz, como nos bautizara el Presidente José López Portillo. Durante mucho tiempo nuestro consuelo era precisamente la tranquilidad, la aparente tranquilidad. No teníamos muchos satisfactores, carecíamos de algunos servicios, la calidad de los que teníamos no era buena, los políticos, como todo político que se precie, decía Carlos Hank, se enriquecían, los pobres seguían siendo pobres, los empresarios seguían explotando trabajadores, los sindicatos seguían en contubernio, pero...teníamos la Feria de San Marcos, los segundos mejores atardeceres del mundo, sólo superados por Hawai, según decía un rector universitario, y una tranquilidad envidiable, que compensaba, eso decíamos todo lo demás.
He aquí, que de golpe y porrazo nos enfrentamos con la cruda realidad, no teníamos porque ser menos, nuestros sicarios están a la altura de los mas crueles y despiadados. Quisimos creer que se trataba de un hecho aislado, hasta que la sucesión de hechos aislados se nos mostró como una oprobiosa cadena que desmentía toda declaración minimizadora. Algunos recordarán el episodio del fraccionamiento Jardínes de la Asunción en que un comando de la SIEDO llevó a cabo una detención sorpresa, que sin embargo las autoridades estatales negaron tozudamente, aunque el Comandante de la XIV Zona Militar, lo confirmó. "Fué una operación de la Siedo", dijo y no dijo mas. Desde entonces, desde ese malhadado jueves negro, se han venido sucediendo hechos antisociales graves, pero quizás lo mas grave es que todos los días se suceden hechos antisociales, menos graves, graves, gravísimos. No es solo el problema de la que eufemísticamente llaman delincuencia organizada, sino la proliferación en todos los níveles de faltas, delitos y crímenes.
Por supuesto, el problema no empezó hace dos años. Los que tengan memoria recordarán que ya durante el gobierno del Licenciado Otto Granados se dió un operativo sorpresa del Ejército, tan sorpresivo que ni al gobierno del estado se avisó, y detuvieron en un fraccionamiento cercano al INEGI a un grupo de "presuntos" narcotraficantes. Se supieron de otras detenciones, pero queríamos creer que por obra y gracia de San Marcos, nos podíamos librar de un mal que ha crecido sin control, desde que nuestros vecinos nos usaron como provedores de droga para sus tropas, primero en Corea y luego en Vietnam.
Queda claro, me parece, que mientras se siga considerando la drogadicción como un problema de seguridad nacional y no como un problema de salud, seguiremos desgastándonos en enfrentamientos cada vez mas graves. La historia, terca como suele ser, nos ha enseñado que las prohibiciones en algunos aspectos, especialmente los que tienen que ver con adicciones resultan contraproducentes, pero nosotros somos mas tercos. La prohibición provoca una cascada de ilícitos, porque finalmente el adicto tiene necesidad de obtener la droga, y está dispuesto a pagar casi cualquier precio, inclusive el enrolarse dentro del crímen organizado.
Desde luego Aguascalientes no puede dentro del contexto nacional, aislarse y convertirse en territorio tolerado. No, desde luego, lo que si puede hacerse, ¡Debe hacerse! es aceptar que tenemos un problema grave de salud y actuar en consecuencia. Lo decía el anterior Delegado de la Procuraduría General de Justicia de la República, que mientras el iba a dar pláticas a las escuelas y universidades para hablar de los riesgos de la drogadicción, la Feria de San Marcos inducía al vicio. Seguramente la Feria no será la causa, pero sí la ocasión. Tampoco será la única ocasión, estoy conciente de ello, lo señalo solamente como un ejemplo.
Las muertes inútiles, no sé si haya muertes útiles, pero sé que hay unas mas inútiles, de los policías estatales "cazados" arteramente anteayer, pusieron de manifiesto que ni mas patrulas, ni otro helicóptero, ni discursos, declaraciones y proclamas, serán suficientes, mientras no se logren establecer mecanismos de inteligencia (así le dicen), de coordinación, de reacción inmediata, pero sobre todo de prevención. A todas horas del día, todos los días, siguen circulando vehículos con los vidrios obscurecidos, con placas vencidas, con placas americanas. Siguen tolerándose violaciones de tránsito, de policía, de buen gobierno. Algo tendrá que hacerse. Algo mas que hacernos cruces, tronarnos los dedos y esperar el siguiente episodio cruento.

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