Wednesday, October 12, 2011

Peato…¿qué?

¿Qués’que la Madero peatonal? ¿Saaabe? ¿Ques´que ya se hizo un estudio?
¿Saaabe? ¿Qué unos quieren y otros no? ¿Saaabe? ¿Qué de todos modos se va a hacer porque ya dijo el Ayuntamiento? Saaabe.
Va de cuento, hace muchos años por la época de la segunda guerra mundial residió en Aguascalientes un médico de origen ruso y de apellido Corkowski, al término de la guerra se fue de aquí. En pláticas de mayores oí el nombre y se me grabó. Muchos años después, por los ochentas, de viaje por Guadalajara tuve una amigdalitis que me hizo buscar un doctor. Circulando por la calle Federalismo vi el anuncio de un Dr. Corkovski, espoleado por la curiosidad y por las anginas, me estacione y entré al consultorio. El Dr. Corkovski era ya un anciano y quise hacerle plática recordando a Aguascalientes. -¿Aguascalientes?- Me dijo -¡Lenguas calientes!- fue mi infierno durante varios años. Obviamente no pregunté mas, me examinó, me dio la receta, pagué la consulta y me despedí rumiando el descolón.
La anécdota viene a cuento porque en torno al proyecto de remozar la avenida Madero en el tramo de Zaragoza a la Plaza Principal se han manejado diversos comentarios, pero al parecer la propuesta contempla convertirla al menos en esas tres cuadras en una vía exclusivamente para peatones. ¿Cómo no? Si ya dijo un funcionario que somos rancheros, o algo así, que él que si conoce mundo, ya sabe que las principales capitales tienen centros peatonales. Que nos estamos perdiendo la oportunidad de codearnos con las cités avant gard. Puede ser ¿y?.
Si hubiéramos de juzgar la propuesta de convertir en peatonal cualquier calle del centro, lo menos que podríamos hacer es fijarnos en que condiciones se encuentran las que actualmente se han hecho peatonales. Pensemos por ejemplo en la calle del Codo, que creo que en realidad se llamaba Saturnino Herrán y ahora me parece que tiene un letrero como calle Galeana. La idea de convertirla en peatonal no parecía mala, pero resulta que al cerrarla a la circulación de vehículos la convirtieron en patio de maniobras y estacionamiento de los vehículos de los vecinos y quizás de los cuates de los vecinos. Se apropiaron del espacio lo cerraron con cadenas y controlan celosamente la entrada. Los vehículos que allí se estacionan son muchos mas que las viviendas que allí hay. Lo razonable, parece, es que las viviendas que tienen cocheras tuvieran acceso para guardar sus vehículos, pero, no la “peatonización” les dotó de un estacionamiento inmejorable, gratuito y a la puerta de su casa. Y ninguna, ninguna autoridad municipal ha hecho valer que es una calle para peatones.
El caso de Juárez y Allende es “pior” y ya se sabe que “pior” es mas peor que peor. Esas calles en su parte peatonal se han convertido en poco menos que muladares, con el hacinamiento de todo tipo de comercios, ambulantes, semiambulantes, nuncaambulantes, paraqueambulantes, deambulantes, etc.. Agréguele amable lector los merolicos, los saltimbanquis, los payasos, los de mascotas amaestradas, los puestos de comida, de frutas, de frituras, de elotes, etc., a ciencia y paciencia de la autoridad. Por las noches lo que de día es un hervidero de gente, se convierte en un lugar solitario y peligroso, el centro alrededor del Parián de noche está desierto. Se cierran los comercios y como ya no hay viviendas se pierde toda actividad, salvo alguno que otro grupo de “cholos” (por llamarlos de alguna manera), uno que otro pepenador que revuelve los depósitos de basura (que hay algunas personas que utilizan los depósitos de basura) algún ciclista que cruza veloz lo que debía ser sólo peatonal y algún despistado que apresura el paso para salir lo más pronto posible ante el temor de algún grupo de mozalbetes o de algún delincuente nocturno.
¿Alguien recuerda el Pasaje Ortega? Con un poco de suerte se puede transitar, lo mismo que el Pasaje San Antonio, me dicen que en ello han influido los integrantes de una banda delictuosa que se autonombran los “zetas” y que han ahuyentado a muchos de los comerciantes que se habían apropiado de los pasajes, por las extorsiones de que son víctimas. No lo se de cierto, pero el hecho es que los pasajes lucen mas despejados.
O quizás podríamos recordar el tramo peatonal de José María Chávez a un costado del Palacio de Gobierno, que se ha convertido en el sitio favorito de tiangueros. Y uno que pensaba que Aguascalientes era modelo de urbanismo, lo que implica, según creo que las calles sean calles, las aceras aceras, los jardines, jardines, y los mercados, mercados. Pero si se autorizan que las calles se conviertan en mercados, se perjudica a los locatarios de los mercados, se perjudica la imagen y el ambiente de la ciudad, se propician condiciones insalubres para la venta de comida, y se se da pauta para el desorden urbano.
Pero volvamos a Madero. Hace algunos años el Instituto de Planeación Municipal, o algo así, (ya se sabe que cada trienio cambian los nombres de los organismos) elaboró un proyecto interesantísimo denominado La Pona-San Marcos. Contemplaba unificar el tratamiento urbano desde el parque La Pona, a un costado del Balneario de Ojocaliente hasta poco más allá del jardín de San Marcos. Se trataba de que este eje fuera un detonante del desarrollo de su zona de influencia. El mobiliario urbano se uniformaría, se procuraría remozar las fachadas, los arroyos de las calles se harían de material similar, las banquetas se ampliarían y se dotarían de jardineras, se señalizarían adecuadamente, se trataría en fin de darle un carácter que luego influyera en las calles transversales. El proyecto costó tiempo y dinero. ¿Se archivó? ¿Se olvidó? ¿Se desechó?
Lamentablemente muchas autoridades sufren lo que Paulino Garigorre llamaba “la Tentación del Adanismo”, sentirse el primer hombre sobre la tierra y proceder a inventar el hilo negro y a descubrir el agua hervida. No es el caso de la licenciada Lorena Martínez, que al frente del Ayuntamiento ha dado muestras de auténtica creatividad, de ánimo emprendedor, de ser mujer de retos y de estar abierta a la opinión y aún a la crítica. Hacer como hasta ahora ha sido, pequeños islotes de renovación urbana, como ha sido Venustiano Carranza que ha tenido más de doscientas reparaciones (así de bien lo hicieron) o Zaragoza, que olvidaron que a veces llueve y como no hay un drenaje pluvial eficiente, las casas y comercios reciben una buena dotación de agua de lluvia, no debe ser la pauta. El centro histórico, histérico o histriónico, amerita un proyecto integral, no para un trozo de una calle, sino para toda la zona que es patrimonio de la comunidad aguascalentense.


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