Wednesday, July 22, 2009

¿Y si Juan Diego se encontrara a Schulemberg.?

(A porta gayola.- La Secretaría de Seguridad Pública Federal detuvo a los responsables del secuestro y muerte del adolescente Fernando Martí integrantes de la banda "Los Petriciolet". Sólo que actualmente están detenidos otros sujetos a los que la Procuraduría General de Justicia del D.F. les imputó el secuestro y asesinato y son integrantes de la banda de "La Flor". ¿Eso es coordinación?. Pero ahora...¿Cómo se resolverá la cuestión?... )

Las apariciones de la Virgen de Guadalupe al indio Juan Diego han formado parte de la tradición y de la creencia popular por cerca de cuatrocientos años. Es cierto también que en los primeros años de la Nueva España se consignaron las apariciones de la Virgen de los Remedios a otro indio, también llamado Juan. El culto de la de Guadalupe se afianzó, en tanto que él de la de los Remedios disminuyó, especialmente a partir de lo que se ha conocido como la "Guerra de las Vírgenes", documentada por historiadores relevantes como el recientemente fallecido Ernesto de la Torre Villar. El ejército realista tomó como patrona a la de los Remedios, los insurgentes a la de Guadalupe. El Acta de Independencia puso fin a la "guerra".
Lo anterior viene a cuento porque apenas hace unos días falleció a los noventa y tres años años de edad Monseñor Guillermo Shulemberg, quien fuera el último abad de la Basílica de Santa María de Guadalupe, cargo que desempeñó durante más de treinta años. El abad acrecentó su fama cuando se publicó una entrevista en la que afirmaba, antes de la canonización, que eran muy endebles las pruebas de la historicidad del indio Juan Diego, a quién según la tradición se le apareció la Virgen María, morena y con un atuendo indígena, lo que dio lugar a su advocación de Guadalupe dejando además plasmada su imagen en el ayate del indio como prueba irrefutable que convenció al escéptico Fray Juan de Zumárraga.
Sobre el mito Guadalupano se ha escrito mucho y largo. Antes de continuar, permítanme aclarar el concepto de mito que se pudiera prestar a escándalo. Por mito entiendo un conjunto de símbolos organizados de una tradición cultural, que nos muestran la sabiduría, los orígenes y la visión del mundo. Un mito es un conjunto de significados simbólicos generados y preservados en una determinada comunidad humana. El mito se libera de tiempo y espacio y si mucho me apuran, habrá que decir que el mito puede existir y subsistir con independencia de que su referente sea verídico. Los mitos, sin embargo, necesitan para mantenerse vivos recurrir a los ritos, ceremonias que son actos de evocación. Perdidos los ritos tarde o temprano desaparecerán los mitos.
La canonización de Juan Diego en ese contexto significa una revitalización del rito guadalupano.
Tengo entendido que ni las apariciones ni la santidad de una persona constituyen artículos de fe, algunos de mis santos favoritos fueron bajados de los altares, aunque no a tamborazos, durante el pontificado de mi pontífice favorito Paulo VI, no le guardo rencor, aunque San Jorge estuvo presente en mis rezos infantiles, con aquello de "San Jorge Bendito, amarra tus animalitos, con tu cordoncito bendito, que ya me voy a dormir", lo que daba una gran paz ante el miedo a las arañas, alacranes, pulgas, chinches, piojos y demás alimañas que entonces existían en cualquier casa. San Cristóbal, patrono de los viajeros, ahora desbancado por Santo Toribio Romo, que también se da abasto para ser patrono de los choferes, de los migrantes y de dos o tres grupos mas. Finalmente San Juan Nepomuceno, patrono de los notarios, que habrá de ser sustituido por Carlos Borroneo. (así por favor, señor corrector, es un chiste).
En todas partes se cuecen habas. ¿Quién sabe si las opiniones del Abad en su momento tuvieron que ver también con su intención de que la villa de Guadalupe se convirtiera en diócesis?, ¿Quién sabe si el encono mostrado en su momento por el Arzobispo Primado contra el Abad, tuviera que ver con que la Basílica se incorporara a la administración de la Arquidiócesis de México como ya sucede?, ¿Quién sabe si la canonización de Juan Diego no fue sino un elemento mas de una política interna del clero?. Quizá por eso el viejo dicho de a los padrecitos, oírles su misa y dejarlos en paz.
En el sitio de internet del Vaticano, se puede acceder a la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos, en la siguiente dirección:
www.vatican.va/roman_curia/congregations/csaints/index_sp.htm . Allí se puede consultar la correspondiente a Juan Diego y se puede leer un extracto de la postulación. Por otro lado resulta interesante conocer algunas de las cuestiones que se plantearon a partir de la canonización y que con la muerte de Schulemberg se refrescan. Llama la atención, por ejemplo, que el propio Obispo Fray Juan de Zumárraga en sus informes y textos, que son conocidos, no haya hecho ninguna referencia a las apariciones o al ayate juandieguino. Zumárraga introductor de la imprenta al nuevo mundo, promotor incansable de la evangelización, editor de oraciones, novenas y textos religiosos, no consignó el hecho del Tepeyac. Luego de un silencio de casi cien años desde las apariciones se conocen textos de homilías que condenaban el culto que había surgido en los lugares de veneración de deidades indígenas, años después, no muchos es cierto, aparecerían ya estructurados los relatos de las apariciones. La tilma o ayate de Juan Diego fue revisada en su tiempo por el pintor Miguel Cabrera, quien por cierto pintó muchas reproducciones, y manifestó que su composición era mas fina que la de las tilmas comunes de los indígenas. El tamaño de la tilma es de poco más de un metro setenta centímetros, lo que hace suponer que usada como la usaban los indios, correspondería a una persona muy, muy alta. La tradición y la narrativa Guadalupana consignan que la Señora se refería a Juan Diego como "el mas pequeño de mis hijos", por su origen humilde y su condición modesta. La biografía de la postulación establece un origen noble para Juan Diego, ahora resulta que era pariente del rey texcocano Netzahualcóyotl.
En fin, quede el dogma a salvo, el mito intocado, permanezca en los altares Juan Diego y descanse en paz el Abad Guillermo Schulemberg.

(Cave canem.- Recibí una atenta misiva del Banco Gachupín que decía más o menos que mi cuenta tenía un adeudo vencido y además de ser reo de mora sería consignado al Buró de Crédito, faltando poco para denunciarme a la inquisición, pero agregaba, eso sí, "si ya pagó haga caso omiso de esta comunicación". Luego luego les contesté, "vayan a moler a su madre", pero si ya detectaron que pagué, hagan caso omiso de este recordatorio. )






















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