Wednesday, August 25, 2010

Los suspirantes...

 
“Vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error” César “El tlacuache” Garizurieta.
(El camino de la plata.- El pasado 1 de agosto el Comité de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en Brasilia, determinó incorporar tres nuevos bienes culturales, dos mexicanos: el Camino Real de Tierra Adentro y las Cuevas prehistóricas de Yagul y Mitla en Oaxaca, y la Plaza de San Francisco en el pueblo de San Cristóbal, Brasil. El Camino comprende 5 sitios ya inscritos y 55 nuevos, entre estos cuatro en Aguascalientes: las antiguas haciendas de Peñuelas, Cieneguilla y Pabellón de Hidalgo (sic por San Blas), y el centro histórico de la capital).
Definidos los triunfadores de los comicios se inicia la carrera por la consecución de una “chamba”. Para algunos puede ser el aseguramiento de la que se tiene; para otros la aspiración a conseguir un salvoconducto para la sobrevivencia, en el peor de los casos por tres años, en el mejor por el resto de la vida, si es que se consigue una “base”; para otros la ilusión de seguir acumulando horas de vuelo en su desempeño de “aviador” y no falta el que desea prolongar el doble desempeño de dos “chambas” sólo incompatibles en las regulaciones jurídicas, pero perfectamente aceptables en la lógica del “compadrazgo”, el “influyentismo” y las “transas” (el que no transa no avanza, es su lema).
Aunque la finalidad es la misma, asegurar la “chamba”, los “suspirantes” utilizan estrategias diversas y camouflages para disimular su verdadera intención. Ud. habrá notado, amable y desocupado lector, que de repente se multiplican los “escribidores”, los “opinadores”, los “recetadores”, ocupando espacios en los diarios, en la radio, en las televisoras. Los foros de análisis, los seminarios, los diplomados, las conferencias, etc., surgen como por generación espontánea. Personas que habían permanecido bajo la sombra gratificante de la burocracia en una letárgica actividad, de improviso se animan y quieren desarrollar en un trío de meses todo el caudal de su ciencia y su imaginación desaprovechada por los jefes (eso dicen) en el pasado. Inusitadamente reaparecen de otras partes del país y hasta del extranjero, se hacen los encontradizos, “¡Qué casualidad! Pasaba por aquí y hete que se están integrando los gabinetes y por no dejar privado de mi persona al servicio público ¡Aquí estoy!”. Algunos son tan obvios como un catarro, otros discretos como el estreñimiento.
¡Ah! algo mas, junto a las parvadas de “chambistas” se desarrolla una especie de diversión colectiva en la que, quien mas quien menos, toda la ciudadanía participa: el “gabinetismo”. Todo mundo sabe como se integrarán los próximos gabinetes. “Mi cuate ya me dijo y te lo digo en secreto, porque nadie mas lo sabe...”. “El primo de un amigo es cuñado de ya sabes quien y conoce perfectamente como es la cosa...”. “Nuestro amigo ya confirmó a tú me entiendes en el cargo que se apuntaba para...”. “La verdad es que nadie sabe como va estar, pero yo de primerísima mano te puedo decir que ya están confirmados fulanito, perenganito y sutanito...”. Y así por el estilo.
Yo, que como el sabio Agatón, no soy optimista ni pesimista, nomás me río, no quise pasar la oportunidad de realizar una aproximación científica a estos fenómenos, el “chambismo” y el “gabinetismo”. A título provisional me permito ofrecer una aproximación taxonómica, que desde luego espera la crítica para su complementación y mejoramiento.
(El museo de la Cristiada.- A fines del sexenio anterior (creo que el gobernador se llamaba Felipe González), se adquirió un acervo documental y de objetos relativos a la llamada Guerra Cristera; con ello se creó el Museo de la Cristiada ubicado en la calle Pedro Parga. A principios del actual sexenio el museo se cerró. Ahora, gracias a los buenos oficios del millonario Marco Antonio Ramírez, el acervo se prestó a Encarnación de Díaz para complementar el museo de la Cristiada de allá. Mal negocio para Aguascalientes.)
Pergeños de esquema para un anteproyecto de un ensayo de tipología del “chambismo” y el “gabinetismo”:
Los apoyados.- Son buscachambas que no hacen una aproximación directa, sino que se autopromueven tangencialmente. Organizan grupos que les apoyen. Redactan cartas de adhesión que distribuyen estratégicamente. Solicitan firmas para su autopropuesta y fingen sorpresa cuando se da a conocer el apoyo autosolicitado. Ante la propuesta humildemente reconocen sus propios méritos y se ofrecen a la chamba para no defraudar a sus apoyantes.
Los arrepentidos.- Los que se habían alineado en el equipo o grupo de otros candidatos pero que, “cayendo en la cuenta del error en que se encontraban”, hacen examen de conciencia, dolor de los pecados y propósito de enmienda. Se tienden de alfombra para que pase el elegido, practican la zalamería en todas su formas, llegan hasta la abyección, todo por la chamba. “De los arrepentidos se vale Dios” es su lema.
Los “castígame Dios mío”.- Disimulan su urgencia, disfrazan sus ansias, esconden sus intenciones. No pierden oportunidad de manifestar que no tienen ninguna aspiración, ningún interés, pero si acaso se fijaran en ellos, por el bien del servicio público, sacrificarían su tiempo, sus ocupaciones, sus negocios, que desde luego “son más lucrativos”, para darse a los demás. No lo quiero, no lo busco, no lo despreciaría.
Los cobrafavores.- Llevan un historial minucioso de su actuar. Registran todas y cada una de sus actuaciones. Recuerdan que en alguna ocasión dijeron o hicieron. Tasan sus conductas en “rútiles monedas” y encuentran la oportunidad de hacer notarlas. Siempre fueron desinteresados, dicen, pero sus actuaciones les significaron inquinas que ahora el “elegido” tiene la oportunidad de resarcir. No lo hice pensando en eso, dicen, pero ya que se dieron la cosas, se presenta la oportunidad de que se les paguen los favores.
Los cuates.- Esgrimen un derecho de preferencia. Siempre hemos sido cuates, argumentan. Siempre he estado contigo, el ser cuates crea una obligación moral que yo asumo, tienes la obligación “moral” de reconocerme y yo el derecho “moral” de lograr una situación mejor, le dicen al “elegido”. Ven con recelo a todo el que se le acerca y afinan una hipersensibilidad que mucho se parece a los “celos”. Nadie tiene derecho a acercarse a mi “cuate”. Nadie puede pasar por encima de los “cuates”. Si eres “cuate” me tienes que hacer justicia, piensan respecto del “elegido”.
Los imprescindibles.- Su autoestima los coloca en el punto más alto de la escala humana. Nadie conoce más de su área, son los especialistas, son los genios, son los avatares. De ellos depende que puedan lograrse los propósitos del gobernante expresados en promesas de campaña. Prescindir de ellos sería renunciar al éxito. Nadie en su sano juicio podría hacerlos de lado so pena de condenarse al fracaso anticipado.
Los influyentes.- Son probablemente la especie más común en la fauna política. Tienen un compadre diputado o un amigo senador. Son parientes de un potentado o rico empresario. Cuentan con relaciones en las altas esferas de la política, los negocios o el clero. Su valía se mide por sus relaciones. Sus influencias aseguran tranquilidad en áreas específicas del gobierno. Su presencia apaciguaría las iras de los despechados. Su inclusión garantizaría la buena voluntad del influidor.
Los institucionales.- Su militancia, su constancia, su sometimiento, su mediocridad, en una palabra, garantizan que sabrán desempeñar cualquier chamba con lealtad institucional. Sus cartas credenciales son el desempeño sin sobresaltos de cualquier encomienda. No se espere de ellos resultados sobresalientes, para eso son institucionales. Su desempeño se desarrolla en la “honrada medianía” del servicio público.
Los mendicantes.- La crisis, la economía, la politíca, la vida misma les han sido ingratas. Sus negocios han venido a pique por los imponderables de una crisis mundial, sus capacidades pueden ser puestas al servicio de la burocracia donde podrán demostrar su propio valer, no sujeto a vaivenes del mercado. O bien, la permanencia en la “chamba” garantiza que puedan llevar a sus hijos el “pan nuestro de cada día”. Perder la “chamba” es perder el status que les permite mantener una vida “digna”, que es toda su aspiración.
Los sabelotodo.- Tienen respuesta para todo. Conocen los subterfugios más ocultos para la obtención de bienes y servicios. Lo mismo sirven para un barrido que para un fregado. Donde los coloquen sabrán econtrar la forma de lograr el máximo beneficio con el mínimo esfuerzo. Consiguen entradas para cualquier espectáculo. Tramitan becas. Obtienen licencias. Negocian indulgencias plenarias. Logran donativos. Arreglan “negocitos”. En fin, no hay cerro que se les empine ni cuaco que se les atore.
Como podrá ver, amable y desocupado lector, la lista podría continuar. Yo por mi parte, en un ejercicio de modestia y autoconocimiento, ya me ubiqué en una de las categorías, ¿Y usted?.
(Los héroes son escasos.- Ud., por ejemplo, se contrata para desempeñar un trabajo, no importa cuanto cobre o le paguen, para el que se ha preparado una buena parte de su vida. En su trabajo atiende una emergencia para la que se preparó, por eso se contrató. No obstante las carencias e imprevisiones del patrón, Ud. hace lo que sabe hacer y resuelve la contingencia, ¿Es usted un héroe?, yo también creo que no. Dice un viejo proverbio zen: terminado el trabajo retírate en silencio. Contimás que si le rascan pueden saltar cosas desagradables.) 
  

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