Wednesday, December 29, 2010

LA CNDH ESTÁ MUDANDO

“Mudarse por mejorarse” Juan Ruíz de Alarcón

(Regidores abusivos.- Los regidores integrantes del cabildo agonizante, acordaron otorgarse un finiquito de cerca de doscientos mil pesos. Algo desde luego totalmente ilegal. El trabajo de regidor, como el de síndico, de diputado, de gobernador o de secretario de estado, es un trabajo por tiempo determinado. Al iniciarlo todos saben que no podrá prolongarse mas que por el tiempo legalmente señalado, luego no hay engaño, no amerita ninguna cantidad adicional a la que perciben mensualmente. Es un robo, con apariencia de legalidad, pero es un robo. Debería ficharse a estos malos servidores.)

El indiano, llamaban en España a Juan Ruiz de Alarcón, mexicano que alcanzó las alturas del Parnaso Hispánico (así he oído que dice el poeta Armando Alonso y se oye chido ¿o qué no?), el indiano publicó su comedia “Mudarse por mejorarse” en 1628, ya llovió, con ella inició según dicen la madurez del dramaturgo. La anécdota no viene a cuento pero si el título, que implica que hay que cambiar para mejorar. O bien, que no tiene sentido cambiar si no es para lograr un mejoramiento. Claro que en el título de este articulejo aludo también al cambio que todos experimentamos de la dentición de leche por la herramienta definitiva (es un decir, que los años nos vuelven más chimuelos que un niño de siete años), la “muda” nos proporciona dientes más grandes, más sólidos, más fuertes. Raúl Plascencia presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos afirmó que con las reformas aprobadas hace poco más de una semana por el Senado de la República, a la Constitución de la república, se le dotará de más dientes a la Comisión. Ojalá que además sean mejores.

La reforma aprobada que por estos días debe estar disfrutando de vacaciones, (se llama vacatio legis al tiempo que media entre su aprobación y publicación y su entrada en vigor), porque si los legisladores tienen sus vacaciones, ¿por qué no habrían de tenerlas las leyes?, comprende entre otros interesantes aspectos, la transferencia a la Comisión de la facultad de investigar las “violaciones graves a las garantías constitucionales” que el artículo 97 constitucional reservaba para la Suprema Corte de Justicia. Ya se sabe que los señores ministros están muy ocupados ingeniándoselas para cómo gastar el medio millón de pesos mensuales que ganan, como para darse tiempo de hacer investigaciones. Además, ese apartado constitucional estaba prácticamente en el cuarto de los trebejos legales, ni quien se acordara de él, hasta que infortunadamente para la Corte alguien se acordó de él, y la Suprema, a regañadientes tuvo que investigar la matanza de Aguas Blancas, el caso del “Gober” Precioso (el de Puebla, no el de Dubai) y la periodista Lydia Cacho, la protesta de San Salvador Atenco por el nuevo aeropuerto internacional y el lamentabilísimo incendio de la Guardería ABC en Sonora. Con las investigaciones, salieron mal librados al parejo la Corte y los Derechos Humanos, de manera que la solución obvia era y fue quitarle a la Corte esa “monserga” que la distraía y la demeritaba.

(Héroes ciudadanos.- No tiene corona de laurel, seguramente tampoco monumento, ni efeméride en el santoral laico de la Patria, pero ciudadanos como el padre Alejandro Solalinde, con o sin sotana merecen el reconocimiento y apoyo de la sociedad. Con toda entereza y con toda serenidad ha denunciado la corrupción en el servicio migratorio mexicano, y la colusión con grupos delictuosos como los "zetas" y la "mara dieciséis", que han propiciando los secuestros de migrantes. Recibe amenazas y reconocimientos, pero no se ven acciones gubernamentales. ¡Qué ena!).

Para mal, las comisiones de Derechos Humanos, desde la nacional hasta la de Aguascalientes, pasando por todo el alfabeto contimás la “Z” zacatecana, han sido poco menos que un elemento decorativo que justifica ante el extranjero la “lucha” por la defensa de ese mínimo de derechos fundamentales que se conocen como derechos humanos, y que nuestra constitución llamaba malamente “garantías individuales” (la garantía, decía mi maestro don Ignacio Burgoa, es el juicio de amparo). Al interior, la cultura del miedo que nos han inculcado las autoridades y los medios de comunicación, han logrado la “aceptación” de violaciones institucionalizadas de derechos fundamentales: el de expresión, el de libre tránsito, el de inviolabilidad del domicilio, el principio de inocencia, el de libertad y hasta el de la vida, en aras de la “guerra” contra la delincuencia organizada.

Mala cosa es, si para perseguir y castigar a los delincuentes hay que comprometer los derechos fundamentales de los ciudadanos. Ello sólo implica incapacidad, ineptitud y vicios de origen. Lo grave es que se nos presenta como un mal necesario, como “daños colaterales” inherentes al combate, evidenciado precisamente la falta de “inteligencia” en esa actividad de investigación policíaca que han dado en llamar labores de “inteligencia” ¡Habrase visto semejante mentecatez!. Los organismos oficiales que tienen por finalidad la defensa de los derechos fundamentales han pecado de tibieza, de timoratez y de comodidad. Se está también formando parte de foros, congresos, presidia, etc., haciendo alguna que otra declaración de vez en cuando, sólo en la medida media necesaria para no incurrir en demasiados remordimientos de conciencia a la hora de cobrar el sustancioso cheque.

En fin, ya veremos dijo un ciego y nunca vió, la reforma constitucional establece los conceptos de universalidad y progresividad de los derechos fundamentales. Se adiciona el artículo 3° por enésima ocasión, ahora para que en la educación se promueva el respeto a los D.H. ¿también en el sindicato?. El artículo 11 para consagrar el derecho de asilo político. El 29 precisa los derechos fundamentales que no pueden suspenderse ni restringirse y, finalmente, los “dientitos” que le están brotando a la CNDH: el artículo 102 obliga a las autoridades a dar “respuesta” a las recomendaciones de la Comisión y el artículo 105 faculta al Senado para apoyarla, llamando a las autoridades omisas, o sea que, nuevamente quedan politizados los derechos fundamentales. Otra vez será…

(Buen negocio.- Hágase Ud. de una casa vieja, no importa si está catalogada, si carece de uso de suelo comercial, si está en un área habitacional, etc., en México todo se puede previa autorización, es decir llegarle al precio al funcionario. Tírela, más o menos limpie el espacio y ponga un franelero a la puerta para cobrar. No se olvide de poner un letrerote de no nos hacemos responsables y prepare su cuota para los de reglamentos y ya está. Un estacionamiento mas en una ciudad que parece bombardeada. Pa’acabarla, sabe Ud. ya les autorizaron aumentar la tarifa…Bueno, gracias al ayuntamiento.)


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