¡Herida está la Luz!
(Desiderio Macías Silva)
Para una madre que recuperó a su hija.
Ya no es noticia…murió hace más de una semana, ya no es noticia.
Pero ni siquiera el día de su muerte, en la nota de su muerte, fue la cabeza principal, los asesinatos, las “ejecuciones” como dicen eufemísticamente los reporteros policíacos, ya no son noticia. ¿Por qué lo iba a ser la muerte de una mujercita desconocida, a manos de criminales desconocidos, “sicarios” les llaman ahora los periodistas de la nota roja con un toque entre novelesco y pseudoheróico. La cabeza de la nota periodística de los “sociales de los pobres” dicen con sorna los chavos, destacaba no el asesinato sino el asalto a una tienda de “piratería”, antes le decíamos contrabando y no tenía la carga aventurera de los piratas entre el Caribe y Walter Raleigh. El asesinato sólo alcanzó un “balazo” (le dicen en el argot periodístico al subtitular después de la cabeza de la nota) en la página de evidencias (¿otro eufemismo?), la mujercita había alcanzado más, fue acribillada por los asesinos, sin tenerla ni deberla, en la modesta tienda en la que desempeñaba su modesto trabajo de dependienta. Murió sin gloria, murió sin pena, una nota más, una muerte más, un número estadístico, que apenas ocho días después ya no es noticia.
Yo no la conocía, creo no haberla conocido, no tuve el “valor” para fijar la vista en la fotografía de una primera plana de un diario colocado en el lugar mas visible del puesto de periódicos ¿será valor o cinismo?. Sentí vergüenza de mirar la foto mientras pasaban ominosos con sus calaveras de plomo cubiertas con pasamontañas los encargados de evitar estos hechos. Sentí vergüenza de no salir gritando: ¡Asesinos!¡Desgraciados!¡Inhumanos! atrapen a esos asesinos, ¡Policías!¡Soldados!¡Agentes! ¿Cómo pueden pasear tranquilamente apuntándome con sus armas mortales a mi que sólo grito por el asesinato de una joven que no conocí, mientras los asesinos en algún lugar se regodean tras su festín de sangre.
Yo no la conocía, ¿qué importa? Ya no es noticia. Pero me duele igual que si la hubiera conocido. Desde hace una semana no he podido dormir con un sueño tranquilo. ¿Alguien puede dormir tranquilamente cuando en las calles de su ciudad, antes pacífica, matan a tiros a una joven empleada porque sí, porque pueden, porque impunemente pasean sin que el brazo de la justicia les alcance?. ¿Alguien podrá salir como si nada a cantar villancicos o a corear una “noche de paz”, cuando los padres de aquella joven, los hermanos, los amigos, quizá el novio, no tendrán una noche de paz en mucho tiempo?.
Uno se pregunta y los asesinos ¿habrán sido paridos de mujer? Sin duda. ¿La conocerían? Quizás no, quizás nunca saborearon la leche del cariño de una mujer que los tuviera en su seno, quizás sorbieron una leche amarga de una maternidad no deseada, quizás bebieron una escasas gotas de unos senos yertos por la miseria y el miedo, quizás fueron el indeseado fruto de una concupiscencia trasnochada, anodina y presurosa. ¿Y si tuvieron una madre amorosa, sacrificada y dulce? ¿Y si todavía la tienen? ¿Con qué ojos mirarán a su madre? ¿Podrán desmantelar la mirada del asesino para mirar a su madre con ojos amorosos? ¿No verán en la mirada de su madre los destellos últimos de la mirada angustiosa de su víctima?.
¿Qué comerán los asesinos? ¿comerán el mismo pan que comen los padres de una joven muerta? ¿A qué les sabrá el pan? ¿Tendrá gusto a sangre? ¿La angustia les entorpecerá la digestión? ¿Podrán masticar tranquilamente el pan del homicidio con el sereno cansancio del que lo ganó con el sudor de su frente? ¿Comerán del mismo pan sus hijas, sus hermanas, sus madres…? ¿Los remordimientos les dejarán remorder el pan que siempre les sabrá a última cena?
¿Y los asesinos tendrán hijos? ¿Y los asesinos tendrán ojos para ver a sus hijos? ¿No mirarán por siempre en los ojos de sus hijos las miradas de sus víctimas?
Ya no es noticia…sucedió hace ya una semana. En una semana “levantaron” y “ejecutaron” nueve o diez cazadores leoneses en la sierra de Morones en Zacatecas. En Ciudad Juárez el fin de semana asesinaron a catorce personas y el pasado lunes los médicos juarenses hicieron paro como protesta por las amenazas, extorsiones, secuestros y homicidios de que son objeto. El domingo en Cerritos, municipio de Ascención, en Chihuahua, se localizaron cinco cuerpos en tres fosas clandestinas presumiblemente de asesinados. En Tecalitlán, municipio de Jalisco colindante con Michoacán, la noche del viernes disparó y lanzó granadas contra la multitud asistente a las fiestas de la Virgen de Guadalupe, diez muertos y treinta heridos fue el saldo preliminar. Más de dos días completos de enfrentamientos entre tropas y grupos del hampa en Apatzingán, Michoacán, han arrojado un número todavía no identificado de víctimas y provocado la protesta de los habitantes que acusan a la policía federal de ser los autores de violaciones, atracos y desapariciones forzadas. El domingo en Tepozonalco, municipio de Leonardo Bravo, Guerrero, un grupo armado de aproximadamente veinte personas bloquearon las carreteras y se enfrentaron a habitantes del lugar, el saldo provisional es de cinco muertos y ocho heridos. El lunes en la carretera a Soto La Marina, Tamaulipas, encontraron sobre el asfalto cinco cadáveres desnudos y decapitados al lado de tres camionetas abandonadas. La pasada semana también fue asesinado Nazario “Chayo” Moreno González, presumiblemente jefe del grupo delincuencial “La familia michoacana”, unas horas después en la fuente de las Tarascas en Morelia, aparecía una manta exhortando al nuevo “jefe” de “la familia” Jesús “Chango” Méndez Vargas a “darle duro” al gobierno federal. Todo eso y más sucedió en una semana.
Ya no es noticia…es cierto, pero sigue siendo presente, un doloroso presente para una familia, no sólo la familia de la jovencita asesinada, sino la gran familia de los aguascalentenses, “gente buena”, que ya está harta, dolida y
fatigada, de una “guerra” incomprensible, de una “guerra” fratricida, por unos “intereses” oscuros en el que los ciudadanos somos parte de un juego macabro.
Ya no es noticia…pero me duele y me dolerá por siempre esa joven asesinada que no conocí, pero que era una vida, y ahora es una promesa malograda como tantos jóvenes, vivos y muertos, de este país que no les brinda un futuro.
¿Quosque tándem?
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