Friday, February 11, 2011

Condenado por los medios

“No hay que confundir la opinión pública, con la opinión publicada” Felipe González Márquez.


(Odio decir se los dije.- La presidenta municipal Lorena Martínez, recordó su formación jurídica y puso los puntos sobre las íes del convenio de mando único policíaco suscrito a la carrera por el ex, Reynoso Femat y algunos alcaldes, también con un pie en el estribo. Distinguir las tareas preventivas, investigadoras y represivas de las policías y distinguir entre faltas y delitos, es el primer paso para avanzar en el tema. Pero…aún sin convenio la policía preventiva es legalmente auxiliar de las otras.)


El periodista Carlos Ramírez en un lúcido artículo, como suelen ser los suyos, aprovecha la entrevista que el también periodista Carlos Loret de Mola realizó recientemente a un cantante de nombre artístico Kalimba, al parecer popular entre la juventud, a propósito de la acusación de que es objeto en el estado de Quintana Roo, por corrupción de menores, violación equiparada o algo por el estilo, y señalo esto conscientemente, no por minimizar la acusación, sino por resultar poco relevante para el tema que destaca Ramírez. Señala el columnista la insidia con que Loret de Mola fue “fiscal, juez, jurado y verdugo” sólo que con la sentencia dictada de antemano.
Si me preguntan mi opinión sobre la acusación penal al cantante tendría que contestar como Pepito, el de los cuentos, cuando la maestra le preguntó la diferencia entre ignorancia e indiferencia: “No sé y me vale madre”, la cual fue desde luego una respuesta correcta aunque positivamente enfática. La acusación corresponderá al ministerio público quintanarroense y la sentencia legal, en su momento al juez de la causa. Culpable o inocente, la sentencia por si misma, no me hará comprar un disco ni dejar de comprarlo, puede ser que ya lo haya escuchado y quizás me haya gustado, nada importa. Lo que merece la pena comentar es la actuación de algunos medios y algunos mediáticos, que a ciencia y paciencia, o por mejor decir a paciencia y ¡ah! pa’ ciencia de las comisiones de Derechos Humanos, publican sin el menor recato y con pelos y señales situaciones que antes se mencionaban en latín en los manuales de anatomía y que en mis tiempos juveniles se clasificaban por la censura católica como “prohibidos por la moral cristiana”, exhiben a presuntas víctimas y presuntos victimarios y dictan sentencia sumarísima la que es conocida y asimilada por el público como “cosa juzgada” (la verdad legal según dicen los abogados).

Por supuesto que el caso Loret de Mola-Kalimba es un caso extremo, en el que se entreveran, según me dicen, intereses comerciales de grandes compañías empresarias de espectáculos. Por cierto, si hay algo deleznable en la programación de las televisoras son esos programas de chismorreo, calumnia y difamación, en que exhiben los paños íntimos (en sentido figurado por supuesto) de todo aquel que alcance un mediano espacio en alguna marquesina. Es probable incluso, que lo acerbo de la entrevista tenga un efecto contrario y Kalimba termine en víctima, aunque sea no de las jovencitas de Quintana Roo pero sí del conductor de noticieros.


(Caso para “la Araña”.- El fin de semana pasado en la carretera a Zacatecas, a no muchos kilómetros de esta capital, varias decenas de vehículos se encontraban a la orilla de la carretera con las llantas ponchadas. Mientras algunos colocaban la de refacción, otros más paciente o impacientemente, según, esperaban el auxilio vial. ¿Epidemia de ponchaduras? ¿A1H1 de las llantas? ¿Bloqueo del crimen organizado?. ¡Caso para la araña!.)


En muchos casos el periodista se convierte en un instrumento de la autoridad, el boletín sustituye a la nota periodística, la información oficial suplanta la investigación noticiosa. El público recibe una “nota” que no fue pasada por el tamiz de análisis que los medios noticiosos deben realizar ante cualquier información. ¿Quizás sería saludable como se acostumbraba antes insertar las iniciales I.P. al final de la nota para indicar que era una inserción pagada? O ¿quizás valdría la pena entrecomillar el boletín?.
Recordemos a guisa de ejemplo, el caso del asalto a la joyería de un centro comercial al norte de la ciudad. Casi en el lugar de los hechos fueron aprehendidos cinco personas presentadas ante los medios y por ende, ante la sociedad, como los perpetradores del ilícito. Me platican que hasta porras hubo en el centro comercial para los jefes policíacos. Pocos días después, uno por uno, los presuntos asaltantes fueron dejados en libertad. Meses más tarde fueron detenidos, en otra ciudad por cierto, algunas personas que resultaron según se dijo partícipes en aquel asalto. Hace no muchos días fueron detenidos otros asaltantes, que según se publicó también participaron en aquella fechoría. Total, que como en la multiplicación de los panes y los peces, resultaron más delincuentes que los originales.
Ayer en estas mismas páginas se dio cuenta de la liberación de once ex -policías arraigados durante poco más de dos meses, para investigar su participación en el homicidio del director de la policía preventiva de Pabellón, José Luis Marmolejo Díaz. Cuando entonces publicaron sus fotos tenían una cara de asesinos, que no hacía falta ningún juicio para condenarlos. Ahora, dos meses después, uno ve sus rostros y son rostros que no ganarían un concurso de belleza, pero que tampoco irían al museo del horror, rostros de inocentes, inculpados sin elementos. Yo, no se Ud., amable lector, no puedo dejar de experimentar una sensación de desasosiego, de incomodidad, de sentirme burlado, de sentirme espectador, quizás, de un montaje preparado a la carrera para desactivar la sorpresa e indignación populares.

Debo señalar, que estas páginas, son justamente un espacio de reflexión, que la línea editorial de este periódico ha mostrado ecuanimidad, mesura y pluralidad. Que agradezco la hospitalidad que semana a semana me brinda y la generosidad de mis amables y desocupados lectores. Seguramente este escribidor ha incurrido más de una vez, en los excesos que ahora señalo, pero reflexionar es ya un camino para superar los propios errores. El periodismo es vertiginoso, sobre la marcha se tienen que tomar decisiones, las sentencias deben ser producto de la reflexión y el buen juicio.


(Empleos para los universitarios.- En días pasados el gobernador Carlos Lozano de la Torre se reunión con directivos de la federación de estudiantes de la UAA. Si algo ha caracterizado, además de su vocación por el servicio público y el desarrollo económico, el trabajo del gobernador es su preocupación por el apoyo a las universidades y a los universitarios. Eso es, ni más ni menos, que apostar por el futuro.)


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