Wednesday, October 19, 2011

Los Toros patrimonio cultural intangible

El lunes pasado el Periódico Oficial del estado publicó el decreto del Ejecutivo que declara a la fiesta de Toros patrimonio cultural inmaterial del estado de Aguascalientes, por lo tanto se considera de interés público la preservación de las tradiciones, formas, procesos, implementos, sitios, etc., necesarios para la conservación del Toro de Lidia, para la continuación de la fiesta taurina como expresión de una idiosincrasia y una identidad, para la salvaguarda de las expresiones artísticas relacionadas con la Tauromaquia, y en general los usos y costumbres derivados de esta expresión artística ancestral que nació con nuestra nación y continúa una tradición lúdica hacia la muerte con un espectáculo ritual y simbólico que trasciende la sola lucha del hombre con un animal. Seguramente algunas personas de sensibilidad delicadas podrán cuestionar la determinación oficial, no se trata de imponer a nadie un criterio uniforme ni una visión particular del hombre y la naturaleza. El Tratado Internacional en que se apoya el decreto señala los aspectos a considerar para establecer una costumbre o tradición como patrimonio cultural intangible. No se trata de justificar porque sí la “crueldad” con los animales. La vida de un perro callejero es infinitamente más cruel que la de un toro de lidia, la vida de un bovino de engorda o de leche es una prisión perpetua reducido a una concepción de máquina, la vida de un cerdo se termina apenas alcanza un peso traducible en chicharrones o carnitas, pero no, no es el caso entrar en comparaciones ni analogías. Los taurinos tenemos el derecho de luchar por la conservación de una especie y la de un espectáculo únicos, un ritual de vida y muerte que engloba múltiples expresiones artísticas concomitantes. No soy, ni por asomo, una persona versada en temas culturales, filosóficos o sociológicos para defender la fiesta de Toros, por lo que, con permiso del amable lector, traigo en mi ayuda al escritor Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura al filósofo Francis Wolf pregonero en Sevilla y a Georges Molinié filológo que fuera presidente de la Universidad de la Sorbona.
Mario Vargas Llosa hace algunos años formuló un alegato extraordinario en defensa de la libertad tanto de ir a los toros como no hacerlo, pero siempre desde el respeto y la democracia. "Es importante que quienes amamos a la Fiesta salgamos a defenderla con argumentos convincentes. El más importante de ellos es decir que si ella es suprimida, no sólo la cultura sufrirá una herida profunda, sino la libertad humana".
"Quienes la amamos —siguió el escritor peruano— reclamamos el derecho de seguir yendo a la plaza y gozar y sufrir. La corrida de toros es muchas cosas a la vez. Es un arte que armoniza a otras artes: cultura, danza, pintura, música... ha transmigrado a otras culturas y ha dejado huella. No es verdad que los que aman a la Fiesta sean indiferentes a la crueldad, pero quienes van a la plaza también aman el arte". “La Fiesta expresa lo que somos, de donde venimos; nuestros sueños y anhelos. Y eso está cada tarde en la plaza. Un encuentro que el hombre, con su elegancia y finura, ha desbarbarizado y nos lleva al encuentro de quienes nos precedieron".
El escritor, también Premio Príncipe de Asturias señaló que hay que defenderla "sin complejos. No hay nada de que avergonzarse. Amar la Fiesta es amar la paz y la fraternidad. La corrida de toros forma parte de la creación humana. La tenemos que defender porque si nos la arrebatan, nos habrán herido en lo más importante que tiene el hombre: su libertad".
Francis Wolf en abril del año pasado fue el Pregonero de la Feria de Sevilla, de su intervención rescato algunas ideas claves. “Dicen que la filosofía se esfuerza por responder a dos preguntas fundamentales: la pregunta “¿qué es?” (dicha de esencia) y la pregunta “¿por qué?” (dicha del fundamento). Ahora bien. ¿Qué es la corrida de toros? Nadie lo sabe. Nadie puede responder a esa pregunta – y la filosofía aún menos–. Pero quizá se puede filosofar sobre este mismo hecho: la corrida de toros no puede ser definida. Se puede hacer su historia, describir sus fases, determinar sus reglas, pero no se puede decir lo que es. ¿Por qué? Porque no encaja en ninguna categoría definida.”
“La segunda pregunta filosófica es la cuestión “¿Por qué?”. Tampoco se
puede responder a esa pregunta, pues sería saber responder a la pregunta “¿qué es el hombre?”, como acabamos de observar. Pero hay una manera indirecta de responder al “¿por qué”, que es determinar “¿para qué?”. O sea los valores. Por lo tanto, ¿Cuáles son los valores de la fiesta? La corrida de toros es, precisamente, la fusión de los valores estéticos del arte con los valores éticos de la existencia. Y esto nos remite al origen mismo del arte, o mejor dicho a su mayor razón de ser, en el cual el « bello gesto » es al mismo tiempo gesto moral (por lo que muestra de valentía, de generosidad, de grandeza, y sobre todo de lealtad para con el adversario), y también gesto artístico (por lo que muestra de armonía, de pureza, de equilibrio, de poder expresivo). Los griegos tenían una sola palabra para designar lo que admiramos en una persona: kalon, que significa al mismo tiempo bello y bueno.”
El Centro de Investigaciones Mentalidades y Representaciones en el mundo hispánico e hispano-americano de Universidad de la Sorbona celebró un importante congreso internacional sobre la tauromaquia que dio lugar al libro Des taureaux et des hommes - De los toros y de los hombres, 1999. El presidente de esta Universidad, el catedrático Georges Molinié, dijo lo siguiente en ese libro: “Estoy muy honrado y emocionado al acoger en este congreso internacional sobre la tauromaquia a colegas de las Universidades francesas, españolas, portuguesas y de América Latina, y, además, una exposición de libros y una mesa redonda de toreros. Se trata de una reunión científica, de un coloquio intelectual y cultural pero también de un análisis histórico, de un congreso de antropología cultural. En el mismo se han tratado cuestiones de orden ético, religioso, científico, técnico, cultural, comercial y económico. Pero lo que me interesa especialmente, y por eso estoy feliz de acoger este congreso, es que se va a reflexionar sobre una praxis social y un lenguaje. Se trata de un congreso sobre el valor de los hombres y sobre los valores sociales.”
No es un reto, no es un desplante, no es un envite, es un ejercicio libertario.

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